Seguimos produciendo en este encierro obligado. El virus de la corona ha instalado un año dificilísimo para la/os artistas. Las artes escénicas han devenido en artes resilientes para sobrevivir, la mayor parte del tiempo, en un tecnovivio que, al dejar afuera el encuentro, reafirma la esencia del teatro en ese “estar con” de los cuerpos vivos.

Lo positivo: la posibilidad de encontrarnos a través de internet con el variado hacer de artistas de diferentes puntos del país. En el encuentro tecnovivial se pierde la condición de espectador anónimo y desde los distintos puntos del mapa observamos que nos ven; no son sólo amigos y parientes, como ocurre generalmente en funciones de pueblos y ciudades de provincias, sino que aparece otro tipo de público, menos visible en las funciones de los artistas de estas localidades; es el público especializado que escribe desde potentes centros de desarrollo teatral de la Argentina. Las cartografías se están ampliando, se producen nuevas re-territorializaciones a partir del intercambio de estéticas y formas de producción. En el deseo de seguir nutriéndonos invitamos a leer, compartir y dialogar desde el análisis crítico, los artículos que gozosamente publicamos en el segundo número de nuestra querida revista Cocoliche.

Con la edición de estos artículos que deconstruyen el teatro, Revista Cocoliche hace honor a su nombre. Presentamos una serie de trabajos dentro del canon de la multiplicidad que nos hacen reflexionar sobre la cantidad de variables materiales y conceptuales a estudiar, investigar, analizar dentro de la producción y la expectación de las artes escénicas.